Los vuelcos (rollover accidents) son un tipo de accidente automovilístico que tiene una particularidad que le hace muy grave: las tasas de mortalidad son muchísimo más altas en este tipo de incidentes que en otros tipos de accidentes automotores.
Pero ¿qué son exactamente los vuelcos? O, mejor dicho, ¿qué parámetro se utiliza para determinar si un accidente es un vuelco o no? Un vuelco tiene lugar cuando el vehículo se ha volteado hacia uno de sus lados o directamente se ha volteado completamente.
Así pues, los vuelcos se producen cuando el vehículo experimenta un movimiento demasiado brusco y violento. Y ésa es la razón por las que los vuelcos pueden ocasionar la expulsión de los pasajeros, lo cual, a su vez, incrementa las probabilidades de heridas seriamente graves o inclusive el fallecimiento de los pasajeros del vehículo.
Para evidenciar la gravedad de los vuelcos, es conveniente echarles un vistazo a los datos estadísticos brindados por el Instituto de Seguros para la Seguridad en las Carreteras (IIHS): de acuerdo con esta información oficial, los vuelcos sólo representaron el 2% de la totalidad de los accidentes de tráfico; no obstante, cuando se observa estadísticamente la proporción porcentual de los vuelcos en la categoría de “muertes de pasajeros vehiculares”, los vuelcos representan más de un tercio de estos fallecimientos.
Pongamos estas estadísticas de una manera simple y entendible: 21,347 ocupantes de vehículos (pasajeros) fallecieron en accidentes de toda clase, no sólo vuelcos. Pero si desglosamos ese número por tipos de accidente, encontramos que 7,420 de esas muertes fueron el resultado de un vuelco; es decir, este tipo de accidentes automovilísticos ocupan casi el 35% de los fallecidos.
¿Cuáles son las razones por las que ocurren los vuelcos?
Los vuelcos se originan cuando el conductor pierde la capacidad para maniobrar el vehículo; en otras palabras, y aunque parezca un tanto obvio, la causa de los vuelcos se encuentra en la pérdida de control del automóvil por parte del conductor. De esta forma, una vez que el conductor ya no puede mover el vehículo según su voluntad, puede llegar un momento en donde el coche intercede con un objeto y empieza a voltearse hacia uno de sus lados.
Generalmente, los objetos que hacen “tropezar” al vehículo son los bordillos y las barandas.
No obstante, también existen otras razones por las que puede tener un lugar un vuelco. Por ejemplo, en muchos casos, este tipo de accidentes aparece cuando el conductor hace maniobras poco adecuadas, como llevar a cabo un cruce a una velocidad muy elevada; o realizar giros muy cerrados. Estas maniobras ejercen una fuerza inusual en el vehículo, ocasionando que se desplace hacia uno de sus lados y se vuelque.
En otras ocasiones, un vuelco puede producirse incluso si el conductor está manejando de una manera normal; un ejemplo muy claro es cuando hay objetos en lugares de la vía donde no deben estar, como bordillos o algún objeto que tenga una forma de rampa. En estos escenarios, el conductor se topa repentinamente con estos objetos, los cuales producen un levantamiento del vehículo y, poco después, un vuelco.
Tampoco podemos olvidar la fuerza que pueden ejercer muchos vehículos; es por ello que hemos presenciado casos en los que un automóvil se ha volcado debido a que fue impactado lateralmente por otro automóvil. Esta causa da pie a otra interrogante que abordaremos a continuación.
¿Cuáles son los vehículos que generalmente experimentan vuelcos?
La lógica nos dice que los vehículos más propensos a volcarse son los llamados “todoterrenos” (vehículos utilitarios deportivos o SUV de ahora en adelante) y los camiones pick-up. Y efectivamente son los vehículos que generalmente están involucrados en los rollover accidents.
Para comprobarlo, nos remitiremos nuevamente a las estadísticas oficiales: según el IIHS, aproximadamente un 55% de los pasajeros de SUVs que fueron víctimas mortales de accidentes de tráfico se encontraban en vehículos que se volcaron.
De la misma manera, un 46% de los fallecidos en camiones pick-up se hallaban en vehículos que sufrieron un vuelco. Si queremos contextualizar estos datos, nos basta con una comparación: “sólo” el 24% de las víctimas mortales de accidentes de tráfico de vehículos normales fueron partícipes de un rollover accident.
Existe una explicación física de por qué los SUV y los camiones pick-up poseen una mayor propensión que los vehículos normales a volcarse: en primer lugar, es necesario apuntar (aunque esto probablemente ya lo sabes) que los SUV y los pick-up se caracterizan por tener una mayor altura que los vehículos convencionales. Por lo tanto, los SUV y los pick-up tienen una distancia considerable con respecto al suelo.
Ahora bien, estas características físicas de los SUV y los pick-up producen que la masa de estos vehículos se direccione por encima de la calzada con respecto al ancho de dichos vehículos. Y la masa se direccione mucho más hacia arriba si los vehículos tienen personas adentro o si llevan algún tipo de carga. Es una relación directamente proporcional.
Y si no entiendes por qué esta distribución de la masa genera una propensión al vuelco, pues no te preocupes, te lo explicamos de manera muy sencilla: esa distribución hace que el centro de gravedad se sitúe más arriba de lo normal. De esta manera, los SUV y los pick-up tienen más tendencia a ser volteados.
¿Qué heridas se producen como consecuencia de los vuelcos?
Al principio de este escrito, apuntamos que las tasas de mortalidad son considerablemente altas en los accidentes relacionados con vuelcos, en comparación con las tasas de mortalidad de otros tipos de accidentes de automóvil. Así las cosas, no es falso decir que las heridas resultantes de los vuelcos nunca son leves, sino que siempre son graves: heridas catastróficas, lesiones profundas y hasta la muerte.
Pero seamos más específicos: las heridas que se producen como consecuencia de los vuelcos son lesiones cerebrales traumáticas, heridas internas, fractura de huesos, amputaciones y daños a la médula espinal.
Por otra parte, ¿cuáles son las “heridas catastróficas”? Las heridas catastróficas son todas aquellas que nunca sanan en su totalidad, sino que dejan su huella en la persona afectada. Es decir, las heridas catastróficas son aquellas que afectan a la víctima permanentemente, dejándolo incapacitada, con secuelas, entre otras cosas. En resumen, que producen una catástrofe.
Las heridas catastróficas son muy delicadas y son las que producen mayores complicaciones en el ámbito de la indemnización. Una persona que ha sufrido esta clase de heridas jamás vuelve a ser la misma, ya sea a nivel físico o emocional; una víctima de lesiones catastróficas no puede volver a estar en el estado en el que estaba previo al accidente: no puede ser partícipe de actividades tan sencillas como jugar con una mascota, cocinar, limpiar, divertirse con los hijos, entre otro tipo de cosas.
Adicionalmente, una persona que haya sido lesionado catastróficamente a causa de un vuelco probablemente no podrá tener el mismo trabajo que tenía antes de que ocurriera el accidente.
Finalmente, las heridas catastróficas producen daños emocionales precisamente por la incapacidad para regresar a un estado de normalidad. Este tipo de heridas son las peores de todas y ocasionan estragos en las finanzas y en las emociones no sólo del lesionado, sino también de sus allegados, seres queridos y familiares.
¿Qué hacer para prevenir un vuelco?
Ningún accidente se puede prevenir en su totalidad. Sin embargo, sí es posible minimizar las probabilidades de que ocurra alguno. Es por ello que a continuación te ofrecemos una serie de cosas que debes hacer para impedir que seas víctima de un vuelco:
- Revisa los neumáticos: Si los cauchos están inflados a niveles adecuados, las chances de que ese vehículo pueda sufrir un vuelco se reducen enormemente.
- No sobrecargues el vehículo: Por favor, échale un vistazo a las limitaciones de carga que posee el automóvil. Procura no excederte y, si es posible, haz todo lo posible para no alcanzar ese límite. Ten en cuenta que, a más carga, mayor probabilidad de vuelco.
- No conduzcas desesperadamente: Si estás manejando como de costumbre y repentinamente te encuentras con escombros en la vía, no debes dejar que cunda el pánico; mantente en calma y presiona poco a poco el freno, al mismo tiempo que ejecutas una maniobra de cambio de canal. Pero ejecútala con mesura y sin desesperación. Esta maniobra es mucho más conveniente que mover el volante de un lado a otro sin cuidado alguno.
- Aprende sobre maniobras apropiadas de conducción: El sentido común puede ser contraproducente en algunos casos; es por ello que debes aprender a realizar técnicas de correcta conducción, como, por ejemplo, disminuir gradualmente la velocidad si tu automóvil se descarrilla, en vez de actuar impulsivamente e intentar encarrilar nuevamente el vehículo.
- Siempre respeta los límites de velocidad: Una gran parte de los accidentes de vuelco han estado asociados a conducción por encima de los límites de velocidad. Por lo tanto, si manejas a una velocidad que esté acorde a la señalización vial, minimizas los riesgos de ser víctima de un accidente de vuelco.
- Escoge cautelosamente el automóvil que vayas a comprar: Si aún no posees un vehículo y estás interesado en adquirir uno; o si ya tienes uno y deseas adquirir otro, es importante que pienses muy bien tu decisión. Debes tener presente que ciertos vehículos tienen un mayor riesgo de volcarse que otros; como dijimos anteriormente, los SUVs y los pick-ups se llevan la corona en cuanto a riesgo, así que piénsalo bien.