El número de accidentes por productos defectuosos se ha elevado enormemente en los Estados Unidos en los últimos años: a nivel nacional, la cantidad de personas que se ha visto afectada por defectos en los productos se estima en 34 millones de personas cada año.
Es por ello que diversos estados, incluyendo California, han robustecido sus leyes protectoras del consumidor: afortunadamente, si eres habitante de California y has sido víctima de un producto defectuoso, la ley te otorga protección. Esa ley se conoce como Ley de responsabilidad por productos.
Este instrumento jurídico resguarda considerablemente al consumidor dado que permite responsabilizar a todas las partes involucradas en el proceso de producción, distribución y comercialización del producto que se ha reportado como defectuoso: desde los fabricantes y responsables de la manufactura, pasando por los distribuidores y hasta los propios retailers. De esta manera, el consumidor afectado puede exigir indemnización, pues siempre habrá un responsable de la desgracia acaecida.
Cada una de las partes que hemos mencionado anteriormente debe cerciorarse de que los productos que ofrecen no ocasionarán ningún tipo de daño, siempre y cuando se utilicen apropiadamente. Cuando las compañías no cumplen con esto, el consumidor que se ha visto afectado puede demandarlas, exigiendo compensación no sólo por daños económicos, sino también por daños no-económicos.
No obstante, no se quedarán de brazos cruzados cuando un consumidor interponga una demanda contra ellas: contratarán a los mejores abogados y harán todo lo posible para minimizar el monto de compensación. Por esta razón, es necesario que tú, como consumidor y persona afectada, contrates a un excelente profesional del área jurídica, especializado en este tipo de casos. Estos profesionales los puedes encontrar fácilmente en el equipo de Abogadocontigo. Ellos te ayudarán a conseguir un acuerdo justo de indemnización.
Las tres categorías de los productos defectuosos
La categorización de los casos de productos defectuosos se hace de la siguiente manera:
- En primer lugar, encontramos los productos defectuosos por defectos en el diseño.
- En segundo lugar, tenemos los casos de productos defectuosos ocasionados por fallas en el proceso de ensamblaje o manufactura
- Por último, existen los casos de productos defectuosos originados por la ausencia de notificación sobre los riesgos del producto. Muchas veces las empresas promocionan sus productos sin informar sobre las posibles consecuencias derivadas de su uso. Es por ello que esta categoría también se conoce como “productos defectuosos por marketing”.
La responsabilidad estricta y los productos defectuosos
La figura legal de la “responsabilidad estricta” se utiliza en muchos escenarios, siendo los productos defectuosos uno de ellos. En términos muy sencillos, la responsabilidad estricta significa que una persona, un grupo de personas, institución, compañía, etc., puede ser hallado culpable con independencia de que haya tomado medidas preventivas. En otras palabras, es irrelevante que los acusados intentaran prevenir el daño, pues ya está hecho y deben responder por ello.
Ahora bien, ¿qué repercusiones tiene la figura de la responsabilidad estricta en el consumidor que se ha visto afectado? Básicamente, significa que el consumidor puede conseguir sin mucha dificultad un acuerdo justo de compensación por los daños ocasionados. Decimos “sin mucha dificultad” por el hecho de que el afectado no tiene que presentar evidencia sobre la negligencia del(os) acusado(s). Sólo tiene que probar que estaba usando adecuadamente el producto.
A pesar de que la responsabilidad estricta se encuentra en la ley de California, no por ello debes descartar la contratación de un abogado. Un proceso legal para la búsqueda de indemnización no es fácil desde ningún punto de vista, por lo que siempre resulta necesaria la asesoría de un abogado profesional con suma experticia.
Por ejemplo, uno de los aspectos claves de estos procesos legales es, como hemos dicho, la presentación de pruebas que confirmen que, efectivamente, el consumidor estaba haciendo un uso regular del producto. Pero no es tan sencillo como parece. Para que estas pruebas sean válidas, deben cumplir con 4 condiciones:
- La primera condición es que demuestren que el producto en cuestión no estaba en su estado original. Ergo, que fue adulterado o modificado en algún aspecto.
- La segunda condición es que esta modificación sea un defecto. El hecho de que un producto no esté en su estado original no significa que sea defectuoso. Es por ello que se debe presentar evidencia de que esa adulteración resultó en un defecto.
- La tercera condición es que demuestren que el defecto del producto efectivamente ocasionó la herida o la muerte (si es el caso) del consumidor.
- Y la última condición es, por supuesto, que evidencien que el consumidor realmente fue afectado. Es decir, probar que recibió daño. Las compañías intentarán subestimar las heridas o lesiones con la finalidad de que el monto de indemnización sea bastante inferior.
No cabe duda de que es sumamente requerido el conocimiento de un abogado experto para lograr que la evidencia presentada cumpla con estas cuatro condiciones. Si no lo hace, el caso se hará más complicado y tedioso; y un acuerdo adecuado de indemnización lucirá bastante lejano.
Si bien la responsabilidad estricta es la figura legal que se maneja en la mayoría de los casos, algunos abogados deciden armar su caso con basamento en otras figuras jurídicas, las cuales pueden ser: negligencia; el incumplimiento de garantías expresas (las que se encuentran escritas); y, por último, el incumplimiento de las garantías implícitas (situación que se da cuando el producto en cuestión no se adecúa a los requisitos mínimos).
Productos defectuosos en el área vehicular
En Abogadocontigo queremos colocar la lupa en los casos de productos defectuosos en los vehículos. La tendencia de estos casos es ascendente y las consecuencias son devastadoras. Si bien no podemos hacer nada desde esta tribuna para evitarlos, podemos brindar información sobre estos casos (cuáles son los más comunes, etc.) y ofrecer una perspectiva legal sobre el asunto.
Por lo general, los accidentes vehiculares se originan por negligencia del conductor; es decir, la mayoría de las colisiones en vehículo están causadas por una conducción inapropiada e irresponsable. No obstante, una parte de estas colisiones se deben a defectos del vehículo: algunos de ellos son fallos en el proceso de manufactura y otros son defectos en la arquitectura y el diseño. Cuando esto sucede, una colisión puede tener lugar independientemente de que el conductor sea responsable.
Naturalmente, las personas reportan estos fallos del vehículo a la empresa encargada de su ensamblaje. Desafortunadamente, las personas realizan el reporte una vez que el daño ya ha sido ocasionado: personas gravemente heridas o muertas.
La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) publica reportes e informes sobre esta situación. De acuerdo a estos documentos oficiales, los siguientes son los defectos más comunes:
Problemas en el encendido (el vehículo se prende o se apaga inadvertidamente). Éste es un defecto que suele acaecer a los vehículos de General Motors.
Problemas en el sistema de dirección. Estos defectos ocasionan una pérdida del control por parte del conductor. En el año 2015, Hyundai se vio obligado a sacar del mercado 200.000 vehículos precisamente por presentar fallas en el sistema de dirección.
Problemas en la aceleración, ocasionando cambios repentinos en la velocidad del vehículo. Este defecto se halló con mucha frecuencia en los vehículos ensamblados por Toyota entre el año 2005 y el año 2010).
Neumáticos que se rompen o se agrietan con facilidad, generando una pérdida peligrosa del control por parte del conductor.
Defectos en el funcionamiento de los limpiaparabrisas.
Problemas en los asientos del vehículo. Por ejemplo, espaldares que se rompen.
Fallos en el sistema de cables que pueden provocar incendios, así como defectos en las luces del vehículo.
¿Qué daños cubre un acuerdo de indemnización?
Para finalizar este artículo, explicaremos detalladamente los daños que pueden repararse con un acuerdo justo de indemnización. Estos daños pueden clasificarse en tres: daños económicos, daños no-económicos y daños punitivos.
- Daños económicos: Relacionados con los gastos médicos (el costo de los tratamientos a corto y largo plazo, así como las medicinas y demás), la reposición de los salarios perdidos por incapacidad física para laborar; y todos aquellos gastos que se deriven de facturas médicas o documentos laborales.
- Daños no-económicos: También denominados como daños intangibles, son todos aquellos relacionados con problemas psicológicos, como sufrimiento, dolor, depresión, tristeza, infelicidad, ansiedad, pérdida de la capacidad para disfrutar de la vida, entre otros. Estos daños no pueden ser cuantificados, es decir, no pueden expresarse monetariamente, por lo que su cálculo no es tan sencillo.
- Daños punitivos: Como su nombre lo indica, son todos aquellos que se ejecutan para penalizar a la compañía en aquellos casos en los que el producto defectuoso se originó por una falla muy grave o demasiado evidente. Los daños punitivos son una medida de retaliación y escarmiento.
Nuestros abogados son los más idóneos para estas situaciones debido a que pueden recoger y organizar toda la documentación necesaria sobre daños económicos, no-económicos y punitivos. Por ejemplo, los daños no-económicos deben ser determinados por un grupo de expertos en el área psicológica. Y un abogado curtido sabe cuáles contactar y cómo hacerlo de manera rápida y eficiente. Son capaces de presentar esta evidencia de manera apropiada y convincente, aumentando las probabilidades de alcanzar un acuerdo de indemnización que te beneficie enormemente.
Estas cualidades se pueden localizar en el perfil de cualquier de nuestros profesionales, por lo que no dudes en ponerte en contacto con nosotros para que podamos brindarte la mejor de las asesorías.
